Mejora tu alimentación: Guía para aprender a Comer Mejor
La vida saludable, ser "healthly" y mejorar la alimentación está cada vez más de moda. Esto promueve que muchas personas busquen fórmulas mágicas para lograr el bienestar a través de la alimentación. Esto es muy positivo, porque la sociedad está concienciándose de la importancia que la nutrición tiene en su vida, pero también ha sido objeto de gurús de la nutrición y marcas para vender sus productos a cualquier precio.
Es importante comprender que las estrategias como dietas de batidos, comer muy poco o retirar ciertos alimentos en tu día a día no son por lo general saludables. Son pocos los casos en los que sean recomendables las restricciones de ciertos alimentos, y normalmente se reducen a ciertas etapas muy puntuales en deportistas profesionales. Pero por lo general, esta no es una solución. De igual forma, los batidos suelen ser complementos alimenticios que se emplean para mejorar la velocidad de asimilación de ciertos nutrientes, como la proteína o los carbohidratos. En cualquier caso, son suplementos alimenticios, que no sustituyen a una dieta variada y que deben emplearse inteligentemente para potenciar ciertos estados hormonales.
En este artículo queremos acercarte más a pautas saludables para tu alimentación. Sabemos que adaptar tus comidas según tu estilo de vida, y encima que cumplas los nutrientes mientras persigues un objetivo, no es tarea fácil y más si les añades los hándicaps que nos encontramos en el día a día, tus gustos o tus alergias. Resumimos aquí algunos tips generales que empleamos en 4eat para construir los planes nutricionales a nuestros clientes:
Estructura tus comidas y sigue buenos hábitos
¿Tienes hambre de verdad? Evita comer entre horas
“Identificar cuándo es hambre emocional y no fisiológica te ayudará a controlar esos impulsos”
Es habitual que bajo ciertas emociones recurramos a la comida como salvación. Es un impulso inconsciente que nos termina encontrando con la despensa, generalmente a deshoras, comiendo cualquier cosa sin realmente tener hambre. Dulces para los golosos, salado para los que no les agrada tanto el dulce… El caso es complacer al cerebro.
Es importante aprender a identificar cuándo comer está relacionado con estas situaciones, y evitarlo para no excedernos ni comer lo que no toque. Para esto, también te puede ayudar cuidar tu despensa… luego vamos con ello. Para que consigas diferenciar entre el hambre emocional y la fisiológica, te damos una lista de las principales situaciones que identificamos en nuestros clientes como “hambre emocional”:
- Después de un día frenético lleno de estrés, suele aparecer el hambre emocional cuando el cuerpo se relaja.
- Los fines de semana cuando tienes menos tareas que realizar confundimos el aburrimiento con el hambre.
- Para escapar de ciertos problemas recurrimos a la comida por la liberación de hormonas de felicidad que produce en nuestro organismo.
- Cuando se nos antoja algún alimento en concreto.
Para combatir el hambre emocional es muy importante mantener una estructura en tu alimentación.
Sin duda, la psicología tiene un aspecto fundamental en estos puntos. Nuestros amigos de psicologíaymente.com te cuentan la relación entre la psicología y la alimentación.
Come hasta la saciedad, pero para cuando te sacies
Come hasta que te sacies. Sí, así de claro. No pases hambre, te aseguramos que un plan nutricional adecuado no te hará pasar hambre. Ahora, una vez ya no tengas hambre, echa el freno. Es habitual en nuestra experiencia con nuestros clientes que, pese a completar su hambre fisiológica continúan comiendo, sin parar. Te suena eso de “me queda un huequito para el dulce”. Parece que no puedes más, pero haces un esfuerzo extra para comer un poco de dulce. Evitar comer cuando ya has llegado a la saciedad aportará un gran cambio y equilibrio a tu dieta.
Para mantenerte saciado otras estrategias que puedes utilizar es comer alimentos muy ricos en fibra, aumenta la cantidad de verdura y ensalada en tus comidas y mantén una estructura similar de comidas en tu día a día según tu estilo de vida.
Bebe agua durante el día
Muchas veces confundimos la sed con el hambre, por lo tanto, lo idóneo es mantenerte hidratado a lo largo del día. El 60% de nuestro organismo es agua, realizando multitud de funciones en nuestro cuerpo, debemos tener un control sobre el agua que bebemos, debiendo de ingerir sobre 2 litros a lo largo del día en el cómputo total de la dieta, ya que, por otro lado, ciertos alimentos también contienen agua. Una herramienta que puedes utilizar si no te gusta mucho beber agua natural, o te cuesta llegar a las cantidades recomendadas, es tomar infusiones a lo largo del día.
Cuida tu despensa y llénala de alimentos saludables y variados
Una buena forma de no excederte con ciertos alimentos es no tenerlos. Si evitas comprar dulces, será más fácil evitar la tentación de comerlos. Aunque desde 4eat recomendamos que una o dos veces por semana hagamos una comida libre disfrutando de lo que más nos apetezca, cuida comprar lo necesario. Esto también te lo agradecerá tu bolsillo.
Haz una lista de la compra: tu alimentación comienza en el supermercado
Te recomendamos planificar las comidas para toda la semana, y realizar una lista de la compra para que tengas todo lo que necesitas. Así evitarás potenciar los antojos, y que cuando llegues a la despensa no encuentres excesivos alimentos que te inviten a pecar. No tienes que comer menos, sino mejor, además acompañar la buena alimentación con otros buenos hábitos como el ejercicio físico, equilibrio emocional o un buen descanso.
Intenta también comprar alimentos lo menos procesados posible. Algunos puntos clave para identificar qué alimentos son más naturales son:
- Que lleven la menor cantidad de azúcar, grasas y sal.
- Que contenga los menos ingredientes posibles.
- Que lleven la mayor cantidad posible de la materia prima que estás comprando.
Cocina de manera saludable
Cuida el método de cocinado
Es habitual descuidar la importancia de cómo cocinamos los alimentos y el efecto que esto tiene en cómo nuestro cuerpo asimila los ingredientes. Un factor clave en la síntesis de los alimentos es cómo se cocinan, con ejemplos tan extremos como que, en el caso de las claras de huevo, si no se cocinan no se asimilan.
Pero no solo se tienen casos extremos de asimilación y no asimilación, también hay otros factores como el índice glucémico que tienen una gran relación con cómo se cocinan los ingredientes. El IG, o índice glucémico, influye en cómo de rápidos se asimilan los hidratos de carbono. Un mismo ingrediente, como podría ser la pasta, de excederse en su tiempo de cocinado elevaría su IG. También podríamos encontrar que los nutrientes se degraden, cuando sometemos los ingredientes de nuestra comida a excesiva temperatura durante un tiempo muy prolongado.
Si quieres conocer más detalles sobre qué factores cuidar en concreto y aprender mejor a cocinar los diferentes alimentos, ¡háznoslo saber y crearemos un artículo en más detalle sobre esto!
El aceite es necesario, pero cuidado con las frituras
El aceite es una fuente de grasas saludables fundamental en la dieta mediterránea. Aporta multitud de nutrientes y un sabor extra tus comidas, pero cuidado… porque su estructura molecular cambia al cocinarlo, debido a la hidrólisis y oxidación. Existen algunos aceites, como el aceite de oliva virgen extra que al cocinarlos tienen menor impacto de este proceso, pero por lo general te recomendamos que respetes unas prácticas culinarias saludables y cocines con la menor cantidad de aceite posible, una herramienta que puedes utilizar para añadir el aceite de oliva es un pulverizador.
La sal es importante y necesaria, pero no te excedas
Es muy común que estés acostumbrado a elevadas cantidades de sal en todas las comidas. La sal es importante y recomendable en tu dieta, pues su contenido en sodio aporta una funciones claves como por ejemplo; equilibrar los líquidos corporales, la transmisión y la generación del impulso nervioso y la correcta función de los estímulos musculares. Sin embargo, tan importante es tomarla como no excederse en cantidades. Lo recomendable es aproximadamente una pizca por persona, por cada comida. No te excedas de esto, pues es posible que tengas más probabilidades de tener ciertos tipos de patologías como, por ejemplo; enfermedades cardiovasculares, debido al aumento de la tensión arterial.
Si empleas la sal para darle un sabor extra a tus comidas, también puedes usar otras adicionales naturales, como la pimienta, la cúrcuma o el orégano.
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